Ø Abogado de víctimas de Chevron,
Pablo Fajardo, explica que se solicitará a los países en donde la petrolera
tiene inversiones, validar la sentencia por 9,500 millones de dólares de
reparación, dictada por la justicia ecuatoriana a favor de las comunidades
indígenas de la zona sur del país.
El abogado de pueblos
indígenas víctimas de la contaminación sufrida a principios de los noventa a
manos de la empresa Texaco (hoy Chevron) en Ecuador, Pablo Fajardo, informó que
se solicitará a los países en los que la petrolera tiene inversiones en la
actualidad, la ejecución de la sentencia que pesa sobre la empresa, dictada por
la justicia ecuatoriana, para reparar los daños ambientales y sociales
ocasionados.
En 1964, Texaco
(comprada por Chevron en 2001), inició actividades petroleras en la zona sur de
Ecuador, en plena Amazonía. Permaneció en el lugar hasta 1992. Un año después,
las comunidades amazónicas de la provincia de Sucumbíos, presentaron una
demanda en contra de la petrolera, en Estados Unidos.
“El caso Chevron es, por
muchas razones, el más importante en la actualidad de litigios en el mundo
entero: es el daño ambiental más grande causado por una empresa petrolera de
forma intencional. En el mundo han
existido muchos daños ambientales pero producto de accidentes”, comenta
Fajardo.
La diferencia, continúa
explicando el abogado, es que en Ecuador no se trató de un accidente. “Fue una
operación diseñada por la empresa con el objetivo de incrementar su ganancia
económica disminuyendo su inversión. A esto se le agrega la actitud racista
puesto que la empresa consideraba y sigue considerando que los pueblos
originarios de Latinoamérica valen mucho menos que cualquier otro ciudadano”,
enfatiza el defensor de las víctimas de Chevron.
En ese contexto, la
empresa Chevron Corporation, antes Texaco, vertió más de 60 mil millones de
litros de agua tóxica a los ríos de la Amazonía sur de Ecuador. Posteriormente
construyó 1,000 fosas del tamaño de una piscina olímpica, donde arrojaban todo
tipo de desechos tóxicos de la industria petrolera y cubrió con el crudo más de
1,500 kilómetros de carretera que construyeron como vías de acceso a los pozos.
“Hay una crisis humanitaria
en salud, se registran más de 2,000 muertes por cáncer atribuibles a los
tóxicos que dejó la actividad petrolera. Hay desechos tóxicos que están en el
suelo, aire y agua. Ese daño social, ambiental, cultural provocó que hace 21
años, 30 mil campesinos e indígenas empezáramos una batalla en contra de Texaco
en los tribunales de justicia para lograr que la empresa repare el daño”,
agrega Fajardo.
EJECUCIÓN A LA ESPERA
En febrero de 2011, la
empresa Chevron fue condenada en primera instancia, por jueces ecuatorianos, a
pagar una reparación a las comunidades indígenas afectadas. En 2012 la
sentencia fue ratificada y en 2013 la propia Corte Suprema de Ecuador, confirmó
la condena que implica el pago de 9,500 millones de dólares por reparación de
daños ambientales y en salud.
Sin embargo; la empresa,
lejos de cumplir con su obligación y respetar la ley, “lo que hace es huir de
ese compromiso y ataca al gobierno ecuatoriano, a las víctimas y a los abogados
que estamos defendiendo esta causa. Dice que los juicios son fraudulentos y ha
demandado al Estado ecuatoriano ante la comunidad internacional”, cuenta Pablo
Fajardo.
¿Qué estrategia se
quiere llevar a cabo para que Chevron cumpla con su responsabilidad judicial?
La petrolera, explica Fajardo, ya no tiene activos en Ecuador; pero existe un
mecanismo jurídicamente válido y aplicable para que pague la deuda.
Chevron tiene
inversiones en más de 60 países. Lo que se busca es recurrir a esos países, a
sus jurisdicciones, para validar la sentencia ecuatoriana y ejecutarla. “Este
11 de diciembre, tenemos una audiencia en la Corte Suprema de Canadá, si
logramos ganar ahí, significa que podríamos soñar con ejecutar la sentencia en ese
país, donde Chevron tiene una inversión de más de 15,000 millones de dólares”, señala
Fajardo.
El mismo procedimiento
se está siguiendo en los países de Brasil y Argentina y se pretende hacer la
misma acción en donde Chevron tiene más inversiones.
“Esto sería un precedente
internacional que beneficia el mundo entero. Abre las puertas para que la gente
se dé cuenta y denuncien estos casos. El nuestro es importante porque lleva un
estandarte de lucha de los pueblos marginados, oprimidos y excluidos, en contra
de estos crímenes corporativos”, sentencia el abogado.
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