viernes, 16 de noviembre de 2012

Taxis chicha, transporte chica, diario chicha




1.       Diario Chicha
“Municipio limeño suspende fiscalización a los taxistas” fue la primera plana de El Comercio el lunes pasado. Luego de que 150 mil taxistas se habían registrado en el SETAME de la Municipalidad de Lima el mensaje era claro: habían sido por gusto los trámites realizados, las colas de quienes en esa costumbre tan peruana esperaron el último momento “porque a lo mejor al final todo se suspende y puedo evitar pagar las multas” fueron inútiles. El mensaje era evidente: la alcaldesa es una inútil, hay que revocarla.

Dos días después, El Comercio se veía obligado a titular “Municipalidad de Lima aseguró que continúa la fiscalización de taxis” (claro, en un tamaño la cuarta parte del anterior). Las mentiras, bien se sabe, tienen piernas cortas. Pero la intención estaba muy clara: con tal de revocar a Susana Villarán, no importa sabotear la reforma del transporte.

2.       Taxis Chicha
A estas alturas hay que ser obtuso para negar que lo primero que necesita el transporte de Lima es orden. Poca duda cabe que es necesario transformar el caótico, desregulado y salvaje tráfico de taxis y buses en Lima, en un sistema que ordene el tránsito teniendo como primer objetivo el bienestar de los pasajeros.

Nuestra capital cuenta con el galardón, bien puesto tras dos gestiones del nunca suficientemente ponderado y extremadamente eficaz  Luis Castañeda, de ser la única metrópoli americana que carece de una regulación razonable del transporte público, taxis y buses, que defienda a los consumidores y al tráfico de la ciudad. El mudo, pensando en que somos los únicos, diría “somos los campeones!”, cual Kiko del “Chavo del Ocho”, si hablara en vez de esconderse tras las faldas de Marco Turbio.

He tenido amigos extranjeros asombrados, casi gozando el folklorismo de poder tomar un taxi de 40 años de antigüedad con los asientos rotos y la manija de la puerta amarrada con un alambre, sin taxímetro ni tarifario ni permiso, como quien goza de una antigüedad o de una extraña cultura cargada de primitiva agresividad. Por un raro sentido de nacionalismo, nunca les he dicho que de noche hay que tener cuidado porque, no estando registrado, el taxi puede convertirse en una jaula de secuestro o asalto al paso.

Los taxis en exceso dan vueltas y vueltas sin llevar pasajeros, emitiendo gases y produciendo una contaminación del aire que en Lima produce cada año 2,765 muertes y pérdidas económicas de 1,200 millones de soles, cálculo hecho no por los ambientalistas radicales de Tierra y Libertad sino nada menos que por el mismísimo Banco Mundial.

Como hay demasiados taxis, estos van buscando pasajeros parándose en cada esquina o rodando a paso lento, aunque la luz está verde, deteniendo el tráfico de una manera impresionante, ¡cuántas veces no los hemos visto parar en segunda fila ¡y hasta en tercera fila! con la caparazón más grande del planeta. Gracias al caótico tráfico así producido, vayamos en combi, carro, micro o taxi, perdemos minutos que suman horas de maltrato y mal humor.

Lo paradójico es que el exceso de taxis en caos atenta contra los propios taxistas, que tienen que dar vueltas vacíos, gastando combustible sin lograr ingresos.  Si hubiera menos taxis, cada uno de ellos podría hacer más viajes al día. Si tuviéramos un buen sistema en el que podamos llamar por teléfono a los taxis, o tomarlos en una estación de taxis cercana al barrio – como hay en muchísimas ciudades del mundo – ganaríamos todos: la ciudad que se contaminaría menos, los taxistas que gastarían menos combustibles, los ciudadanos que podríamos tener un taxi más seguro.

3.       Ataque chicha
El titular no fue el único ataque de El Comercio contra la reforma del transporte urbano de Lima el lunes pasado. Su editorial completó la faena, atacando las licitaciones de las nuevas rutas de buses, a las que deberán postular consorcios formalmente constituidos, con flota propia, con estándares ambientales elevados y con trabajadores en planilla. El ataque va con el pretexto de criticar la política de la municipalidad de dialogar de manera abierta con los distintos gremios del transporte urbano sobre las condiciones en que deben hacerse las licitaciones, y en particular porque en ese proceso la municipalidad busca dar preferencia a los actuales empresarios nacionales del rubro antes que a empresas extranjeras, como hizo Castañeda Lossio.

Claro, para los neoliberales obtusos que dominan el periódico del Jr. Miró Quesada, defender el capital nacional es malo; total, si ganan extranjeros y todos los transportistas nacionales se van a la quiebra, qué importa. Por supuesto que no serían ellos los que, cuando en este escenario sin diálogo, los transportistas puestos entre la espada a y la pared realicen paros totales y su violencia llene las calles de Lima, saldrían en defensa de la municipalidad y la reforma del transporte. Es fácil prever, en realidad, que harían todo lo contrario, criticando a la alcaldesa por su torpeza y, quizás, clamando por que la policía eche más palo, más gases lacrimógenos y más bala.

La verdadera idea-fuerza que está detrás del editorial de marras es “no al diálogo”. La misma postura que tienen para Conga y para cuanto reclamo social hay: ponga orden, saque a los policías mal pagados porque a los grandes capitalistas nacionales y extranjeros no hay que cobrarles mucho impuesto, y meta palo y bala. A quién puede extrañarle que una ex - candidata fujimorista y ex altos asesores del gobierno de Fujimori, piensen igual que Cipriani que los derechos humanos son una cojudez.

4.       Diario Chicha
Si se trata de estar contra la alcaldesa “caviar” cuya trayectoria en defensa de los derechos humanos genera odios fujimoristas,  El Comercio no ha reparado  en defender el caos y las mafias en el transporte. Promoviendo que sigan circulando en exceso miles de taxis cachalandrosos cuyos gases son visibles hasta la tos, doña Martha Meier una vez más muestra que el verde de su preferencia es verde militar fujimorista, verde Hermoza Ríos y general Chacón, no verde ambiente ni verde vida.

En la misma semana en que se confirma que Fujimori va a ser enjuiciado por corrupción en el caso de los diarios chicha, el diario más antiguo del Perú y sus satélites bajo la dirección de una fujimorista verde olivo se ha convertido en un diario chicha. Tragedias de la vida nacional.

¿Cuándo se jodió el Perú? Esta semana, una vez más.

Publicado en la Revista hildebrandt en sus trece (16112012)

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