viernes, 26 de febrero de 2016

¿Cuáles son los desafíos que afrontará el próximo gobierno en seguridad alimentaria?


Si invertir en una buena alimentación es nutrir el futuro, ¿qué horizonte se avecina para Perú? ¿Cómo garantizarán los candidatos políticos que los ciudadanos tengamos acceso a alimentos sanos y nutritivos? Hoy los partidos políticos podrán exponer sus propuestas en esta materia, teniendo en cuenta que a pesar de que más del 70% de los alimentos que consumimos todos los peruanos son cultivados por pequeños agricultores que cuentan con escaso apoyo del Estado, existe la paradoja de que aumenta la obesidad -afectando al 19% de los niños y adolescentes- y todavía más de medio millón de infantes sufren de desnutrición crónica.

Según el Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), entre los principales desafíos se encuentra el poner en marcha políticas públicas de fomento a la agricultura familiar, aprobar la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional que se encuentra paralizada en el Congreso, tener una legislatura que afronte los efectos del cambio climático, el Fenómeno El Niño y la competencia por el uso de los suelos. Es importante que los partidos políticos aborden estas temáticas en sus planes de gobierno para no caer en la inseguridad alimentaria, pues la problemática no solo se reduce a alimentos, sino a la necesidad de garantizar los recursos naturales necesarios para su producción.

Fernando Eguren, presidente del Cepes señala que es importante que los candidatos miren el tema de manera transversal: “La seguridad alimentaria debería verse como un tema eje para que se realicen buenas políticas al respecto, pero lo que sucede es que hay una visión fragmentada del tema”.

“Para la FAO es una realidad mundial la existencia de estos pequeños agricultores en el mundo, pero que curiosamente no han estado suficientemente visibilizados para las políticas públicas globales y nacionales”, añade Alberto García, quien mira a la agricultura familiar como un sector estratégico para garantizar la seguridad alimentaria y nutricional en el mundo.

“La pequeña agricultura nos ayudaría a generar un desarrollo descentralizado, más equilibrado y más equitativo, pues más del 97% de las unidades agropecuarias del país (2 millones 157 mil) pertenecen a la agricultura familiar y la manera más eficaz para combatir de manera permanente la pobreza es con el desarrollo rural”, dice Eguren.

Cifras alarmantes

En Perú, más de medio millón de niños sufren de desnutrición crónica, concentrada en Huancavelica, Cajamarca, Huánuco, Apurímac  y  Ayacucho. Estas regiones  junto a Amazonas son además las que tienen mayores niveles de vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria, según el mapa de Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social y el Programa Mundial de Alimentos, de las NNUU (PMA).

“Una política de apoyo y fomento a la agricultura familiar contribuiría no solamente a mejorar la constitución de alimentos, sino que también ayudaría a que ese sector más pobre de la agricultura se enfrente al problema de desnutrición”, señala el presidente de Cepes. Pero esta situación no es exclusiva de las zonas rurales, pues -según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI)- a pesar que la prevalencia de la Desnutrición Crónica Infantil (DCI) en el área urbana es 3.5 veces menos que la del área rural, la cantidad de niños menores de cinco años desnutridos es muy similar (141 mil en el área urbana y 167 mil en el área rural). Lo cual hace evidente que la desnutrición no solo se debe combatir en las zonas rurales.

Y si por un lado existe desnutrición, por el otro está la malnutrición. En octubre del año pasado la Asociación Peruana de Estudio de la Obesidad y Aterosclerosis (APOA) alertó de que el número de niños y adolescentes obesos y con sobrepeso se incrementó en algunos departamentos del país del 3% hasta el  19% en las tres últimas décadas, aumentando sus posibilidades de contraer  diabetes, hipertensión, cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Amenazas silenciosas

Desde Cepes, advierten que hace 50 años se hicieron estudios que demostraron que un tercio de las tierras de la costa estaban salinizadas, pero no se han hecho ni siquiera nuevos estudios al respecto. “En términos del cuidado del suelo, nuestro país es una desgracia”, sentencia Eguren.

Otra amenaza es la falta de agua que disminuiría la capacidad de producir alimentos, además de las inundaciones o sequías por el Fenómeno de El Niño. Por ende, es importante que se incluyan propuestas políticas en relación a los suelos y a la biodiversidad.

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