jueves, 24 de abril de 2014

Liliana Panizo: “El Congreso tiene el deber de restituir el honor de Javier Diez Canseco”

ü  El caso de Javier Diez Canseco no debe ser intencionalmente comparado con el de Alan García para confundir a la opinión pública.


En el primer aniversario de muerte del líder del Partido Socialista, Javier Diez Canseco, su familia sigue reclamando justicia y exigiendo al presidente del Congreso, Fredy Otárola, que acate las sentencias que lo declaran inocente de haber ocultado la existencia de un conflicto de intereses que supuestamente beneficiaría a su hija y ex esposa. “Reiteramos nuestra demanda de que se haga justicia en memoria de un hombre que dedicó toda su vida a defender causas justas y a luchar contra la corrupción”, demanda Liliana Panizo, esposa del fallecido.

La sentencia, dictaminada por el Quinto Juzgado Constitucional y ratificada por la  Cuarta Sala Civil de la Corte Superior de Lima,  declararon nulos tanto el informe de la Comisión de Ética que dio pie a la sanción, como la pena del Pleno del Congreso, por la que Javier Diez Canseco fue suspendido del ejercicio del cargo de congresista por 90 días debido a la supuesta existencia de un conflicto de intereses, derivado de la presentación del Proyecto de Ley Nº 564-2011-CR. El Congreso incumple su obligación hasta el momento, pues de acuerdo al artículo 139, está obligado a acatar las decisiones del Poder Judicial sin poder calificar sus sentencias, “interpretarlas” o dilatar su ejecución. “Esperamos el cumplimiento inmediato de la orden judicial que amparó los derechos de Javier Diez Canseco, exonerándonos de tener que demandar al Estado Peruano ante el sistema interamericano de protección de los derechos humanos por desacatar la orden judicial que cauteló sus derechos”, declara Panizo.

Javier no ha incurrido en ningún conflicto de interés. La propia Secretaría Técnica de la Comisión de Ética había acreditado matemáticamente que el proyecto de ley no generaría ningún beneficio económico para algún familiar suyo. El proyecto, claro está, respondía a una demanda general y no buscaba otorgar derechos excepcionales a nadie”, explica el abogado Ronald Gamarra.

“Javier Diez Canseco falleció en mayo del año pasado, pero eso no exime al Congreso de cumplir dicho mandato judicial. Al contrario, lo resuelto exige que su dignidad y buen nombre sean reivindicados, por lo que me he constituido en cabeza del proceso y lucharé hasta que se cumpla con poner el nombre de Javier en el lugar que le corresponde en la historia”, manifiesta su esposa.

Pero, además de esta acusación formulada, a Javier Diez Canseco se le vulneró su derecho a la defensa , ya que en el momento en que fue debatida la sanción, se le sumaron nuevos cargos que éste no pudo conocer ni contradecir en la investigación previa a que fue sometido.

Asimismo, la familia del fallecido líder del Partido Socialista reclama que no se compare esta situación con la sentencia que excluye a Alan García de ser investigado por la Megacomisión. “En el caso de Diez Canseco es clarísimo el ánimo de venganza política que dio pie a la sanción. En el caso de García, en cambio, ocurrió una falla en el procedimiento de investigación que debe rectificarse, prosiguiendo la investigación e imponiendo la sanción que corresponda de acuerdo a los graves delitos que se le imputan”.

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