domingo, 15 de junio de 2014

Un hombre (no) viola, expedientes de un lugar común

  • La muestra fotográfica reconstruye la violencia sexual que sufren 3 de cada 10 mujeres en sus hogares, siendo el 75% de las denunciantes menores de edad.
  • Se exhibe en el Centro Cultura del España de 12 am a 10 pm de martes a domingo.


El hogar como una prisión, así lo viven  tres de cada diez  mujeres violadas sexualmente en este espacio, siendo el 75% de las denunciantes menores de edad. El 90% de las personas denunciadas contra estos delitos son hombres.
 
Su drama queda invisibilizado ante la sociedad tras estas paredes, a veces con el silencio cómplice de una familia que no lo quiere aceptar. La muestra reúne instantáneas de expedientes sobre casos de violaciones sexuales mostrando un espacio del hogar  donde, a pesar de la ausencia de violencia y víctimas en la fotografía, se reconstruye el miedo, la opresión y  el machismo que tolera y justifica esta práctica que atenta contra los derechos de la mujer.
 
“Esta muestra es entonces una metáfora entre el lugar común en su significado más físico como en su sentido más ideológico; el de la violencia contra las mujeres como ese lugar común, en el lugar más común de todos”, explica Karen Bernedo, curadora de la muestra e investigadora.
 
“La sociedad no quiere enfrentarse a esta situación, se sacrifica a las mujeres y a sus proyectos de vida para tratar de conservar una familia <<unida>>. No se les cree generalmente a las niñas y adolescentes cuando son víctimas de violación sexual por parte de sus propios familiares, se les pide que olviden y que no denuncien”, declara María Ysabel Cedano, directora de Demus.
 
Esta muestra se inscribe en la campaña Un Padre no viola lanzada por el Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer, Demus. “Con esta campaña no sólo hacemos referencia al padre biológico, sino también a  otras figuras masculinas y familiares que ejercen de alguna manera la paternidad. Cuando esta figura es la que comete la agresión sexual el daño infringido en los proyectos de vida de las niñas y mujeres adquiere una connotación particular, pues se desestructura su autopercepción, su sentido de pertenencia y protección en las familias, las relaciones que establece en este entorno y, a futuro, el vínculo que entablan al socializar, por la inseguridad”,  explica Mariel Távara, responsable de la campaña emprendida por DEMUS.

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