- La muestra fotográfica reconstruye la violencia sexual que sufren 3 de cada 10 mujeres en sus hogares, siendo el 75% de las denunciantes menores de edad.
- Se exhibe en el Centro Cultura del España de 12 am a 10 pm de martes a domingo.
El hogar como una prisión, así lo
viven tres de cada diez mujeres violadas sexualmente en este espacio,
siendo el 75% de las denunciantes menores de edad. El 90% de las personas
denunciadas contra estos delitos son hombres.
Su
drama queda invisibilizado ante la sociedad tras estas paredes, a veces con el
silencio cómplice de una familia que no lo quiere aceptar. La muestra reúne
instantáneas de expedientes sobre casos de violaciones sexuales mostrando un
espacio del hogar donde, a pesar de la
ausencia de violencia y víctimas en la fotografía, se reconstruye el miedo, la
opresión y el machismo que tolera y
justifica esta práctica que atenta contra los derechos de la mujer.
“Esta muestra es entonces una
metáfora entre el lugar común en su significado más físico como en su sentido
más ideológico; el de la violencia contra las mujeres como ese lugar común, en
el lugar más común de todos”, explica Karen Bernedo, curadora de la muestra e
investigadora.
“La
sociedad no quiere enfrentarse a esta situación, se sacrifica a las mujeres y a
sus proyectos de vida para tratar de conservar una familia
<<unida>>. No se les cree generalmente a las niñas y adolescentes
cuando son víctimas de violación sexual por parte de sus propios familiares, se
les pide que olviden y que no denuncien”, declara María Ysabel Cedano,
directora de Demus.
Esta
muestra se inscribe en la campaña Un Padre no viola lanzada por el
Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer, Demus. “Con esta campaña no
sólo hacemos referencia al padre biológico, sino también a otras figuras masculinas y familiares que
ejercen de alguna manera la paternidad. Cuando esta figura es la que comete la
agresión sexual el daño infringido en los proyectos de vida de las niñas y
mujeres adquiere una connotación particular, pues se desestructura su
autopercepción, su sentido de pertenencia y protección en las familias, las
relaciones que establece en este entorno y, a futuro, el vínculo que entablan
al socializar, por la inseguridad”,
explica Mariel Távara, responsable de la campaña
emprendida por DEMUS.
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