viernes, 24 de enero de 2014

¿De quién dicen que es el mar? ¿De Grau?


Escribe Pedro Francke
 
Queremos el mar que por justicia nos corresponde, para los peruanos. La Corte Internacional de Justicia de La Haya debe resolver este tema de manera equitativa. Es todo lo que pedimos, ya que la actual postura chilena de plantear una línea demarcatoria horizontal y no una bisectriz, es evidentemente injusta. El estado peruano ha hecho esfuerzos por sustentar nuestra demanda en este tribunal internacional. Sobre eso ya se ha hablado bastante. Sobre lo que se ha hablado poco es: ¿el mar está siendo, y será, para los peruanos? ¿o solo para unos poquísimos peruanos y varias trasnacionales? ¿estamos defendiendo el mar de Grau para quién?
 
Pesca
El 98 por ciento de la anchoveta que se pesca en el Perú se convierte en harina de pescado y se exporta. Buena parte de esa exportación, por cierto, tiene un origen oscuro: mientras en el Ministerio de la Producción se registran 850 mil toneladas de producción (datos 2012),  se exportan 1 millón 320 mil (La República, 11.04.2013). ¿Cómo así? Pues porque hay sobrepesca, pesca negra, pesca más allá de las cuotas legales. No es poco: es 50% más allá del límite. No es poco: 470 mil toneladas a 1,700 dólares la tonelada valen nada menos que 800 millones de dólares.
 
Los responsables de semejante agujero negro son principalmente las empresas afiliadas a la Sociedad Nacional de Pesquería, que controlan el 90 por ciento de las exportaciones de harina de pescado.Tienen de su lado a IMARPE, controlado por la Marina Peruana que en vez de hacer ciencia tapa la sobreexplotación pesquera. La SNP son apenas una docenita de empresas. Son las mismas empresas que han puesto el grito en el cielo, hecho tremendo lobby, comprado titulares de periódicos y logrado un fallo de una sala de la Corte Suprema (nada menos, ¿cuánto habrá costado?),  contra un Decreto Supremo del gobierno que establece que las grandes bolicheras no se pueden llevar el pescado de calidad que se ubica en las primeros 10 millas de mar cerca de la costa.Ese DS los obliga a que vayan a pescar un poco más allá para que dejen espacio a los 40 mil pescadores artesanales para la mesa popular.
 
Lo peor es que en reciente comunicado la CONFIEP, que junta a las grandes empresas de todos los sectores, respaldó en tono airado los reclamos de la SNP por seguir acaparando el pescado.
 
No es demasiado raro: en la pesca están algunos de los más grandes grupos de poder económico en el Perú, como el grupo Brescia, tal vez el con más poder económico del país y parte del muy exclusivo grupo de billonarios peruanos (se encuentran entre los 8 con más de mil millones de dólares). Como los Brescia Cafferatta además están en las finanzas (Seguros Rímac, Banco Continental), en la minería (Minsur) y en los hoteles (cadena Libertadores), tienen fuerza para promover sus intereses a lo largo y ancho de los diversos gremios empresariales. El grupo Romero también tiene su empresa pesquera, aunque de menor envergadura.
 
El control de la pesca por unos pocos grupos empresariales de gran tamaño no solamente ha ido en desmedro de los pescadores artesanales, que apenas si logran sobrevivir en algunas caletas y con crecientes problemas pues el pescado escasea (razón por la que llega cada vez más caro a las mesas urbanas). Al destinar la enorme mayoría del pescado a harina para la exportación, se quita a los peruanos más pobres de una fuente de proteínas y hierro importante, precisamente cuando la anemia afecta a más de la mitad de los niños en edad pre-escolar y a 42% de las mujeres gestantes, causando pérdidas y retrasos en la capacidad de aprendizaje de nuestros niños.
 
Queremos el mar para los peruanos. Para todos los peruanos, en especial para nuestras mujeres y niños que merecen una buena alimentación, y para los pescadores artesanales y pequeños y medianos empresarios pesqueros. No solamente los 38 mil kilómetros cuadrados en manos de los chilenos, sino todo el mar de norte a sur.
 
Petróleo
Pocos asocian el mar con el petróleo. Pero el escándalo de los petroaudios, ese del “faenón” con el papi de Lucianita León y su amigo Químper, se refería precisamente a un negociado orientado a que una empresa noruega obtuviera la concesión de 4 lotes petroleros en el mar peruano.
 
La cuestión es que si desde hace 5 décadas ha habido un solo lote petrolero en producción en el mar del norte, el gobierno aprista sacó a licitación otros cuatro lotes en el mar, los lotes Z-50, Z-53, Z-54 y Z-55 entre Lima y Pisco. Estos eran tan apetitosos que provocaron el grito de “faenón” por parte de Alberto Químper.
 
El escándalo no solamente obligó al gobierno aprista a paralizar esas nuevas concesiones. Afectó también a la empresa Petrotech que venía operando en la zona sacando 10 mil barriles diarios de petróleo. Petrotech vendió a Savia, una empresa formada por la asociación de la estatal Korea National Oil Company y la estatal colombiana Ecopetrol, para asombro de aquellos que creen que toda empresa estatal es mala.
 
Los coreanos y colombianos aprovecharon una oferta, ya que el dueño de Petrotech, William Kallop, estaba en la mira de Alan García porque fue quien pagó el chuponeo de BTR que sacó a luz los petroaudios. La venta fue de US$ 900 millones de los que, como ya se ha hecho costumbre, ni un sol fue a pagar al erario peruano que sigue sin cobrar impuestos sobre estas ganancias de capital, bajo el pretexto de que lo vendido son unas empresas cascarones constituidas en Islas Cayman. Perdimos US$ 300 millones de dólares que debieron pagar de impuesto a la renta. Por hacer negocios en nuestro mar. Por pura coincidencia, nadie piense mal, poco después el ex – ministro aprista Hernán Garrido-Lecca se veía forzado a reconocer que había hecho “consultorías” por 400 mil soles para Savia. ¿De quién dicen que es el mar, de Grau?
 
¿El problema ha sido solo por la transacción, la venta de la empresa petrolera de un gringo a una estatal coreano- colombiana? Tras el escándalo de los petroaudios, el entonces presidente de Petroperú César Gutiérrez tuvo que reconocer en el Congreso ante una comisión investigadora que  “Petroperú es dueño de las plataformas de explotación en el mar que hoy día las administra la Empresa Petrotech. Petroperú recibe por la renta de esas plataformas 10 millones de dólares al año y le compra el íntegro de producción a Petrotech y le paga a Petrotech por el petróleo que le compra 382 millones de dólares al año, o sea, tenemos infraestructura, solamente rentamos con 10 millones y pago 382”. El mismo contrato y las mismas condiciones legales están vigentes hoy. Insisto, ¿de quién es el mar, de los peruanos?
 
Este gobierno viene intentando sacar a licitación no solo esos lotes, sino además los lotes Z-56, Z-57 (Salaverry-Trujillo), Z-58, Z-59 y Z-60 (Mollendo-Arequipa). ¿A favor de los peruanos?
 
Contaminación
Mientras tanto, en julio del 2013 esta explotación petrolera por la empresa Savia generó un derrame de petróleo que llegó hasta las costas de Lobitos, afectando a los ecosistemas y a los pescadores artesanales de la zona.
 
En Ilo, en la zona sur precisamente cercana al límite con Chile, el mar está contaminado por las operaciones de la Southern Peru Copper Corp. La Southern ha botado por décadas sus relaves, es decir los residuos tóxicos que salen de la explotación minera, al mar, en la bahía de Ite. Un estudio de hace ya dos década reveló que “los relaves depositados (1,7 m3/seg) poseían una dispersión radial de aproximadamente 15 km hacia el Sur……tuvo un ritmo de crecimiento de 40 a 60 metros por año debido a que las olas esparcen los relaves en el mar formando los mencionados depósitos en la orilla y el fondo marino.El 55 % de estos relaves tenían contenido sólido. Los principales elementos y sustancias contenidos en los relaves eran Cobre, Plomo, Mercurio, Zinc, Fierro, Sílice, Cianuro, grasas, etc. Aproximadamente unos 300 km2 de la Bahía de Ite quedaron contaminados”. La misma empresa ahora quiere explotar una mina mucho mayor, Tía María, y promete no contaminar. Imposible creerle.
 
Al día siguiente
Mar para los peruanos. Mar sano, no lleno de contaminación y basura. Mar que sustente la alimentación de nuestras familias, niños y mujeres. Mar nuestro.
 
Al día siguiente del fallo de La Haya, que esperamos favorable, debemos ser firmes en exigir a Chile su cumplimiento inmediato. Desde hoy, hay que insistir en que el mar sea de y para todos los peruanos, de hoy y de generaciones futuras.
 
Publicado en Hildebrandt en sus trece, 24 de enero de 2014

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