· El Estado Peruano afirma que el
caso de Esterilizaciones Forzadas aún se encuentra abierto y hay que esperar a
la decisión de la Fiscalía Superior.
· La Comisión Interamericana de
Derechos Humanos insta al Estado a que le informe de manera permanente sobre el
caso.
La investigación
de más
de 2000 casos de mujeres esterilizadas forzadamente en el marco del Programa de Salud
Reproductiva y Planificación Familiar
(1996-2000) desarrollado por Alberto Fujimori no está cerrado, y está siendo revisado en segunda
instancia por una Fiscalía Superior. Esta
es la postura que ha mantenido el Estado peruano, a través de sus representantes, Luis
Huerta (Procurador Público
Supranacional) y Víctor Cubas (Fiscal
Superior Coordinador) en la reunión de trabajo mantenida el 26 de marzo ante la Comisión Interamericana de Derechos
Humanas (CIDH). En ella el comisionado Relator para Perú James Cavallaro, solicitó al Estado peruano ser informado
de manera permanente sobre la evolución del caso.
DEMUS- Estudio para la defensa
de los derechos de la mujer, además de la Asociación Pro Derechos Humanos
(APRODEH), el Centro de Derechos Reproductivos (CRR), el Comité de América Latina y el Caribe para la
Defensa de los Derechos de la Mujer (CLADEM) y el Centro por la Justicia y el
Derecho Internacional (CEJIL), peticionarias del caso de María Mamérita Mestanza sobre
esterilizaciones forzadas expresaron su disconformidad y la irregularidad del
archivamiento del caso el pasado 22 de enero de 2014.
“Las peticionarias mostramos
ante la CIDH que la resolución que archiva la
investigación a Alberto
Fujimori y sus ministros Alejandro Aguinaga, Jhon Mota y Marino Costa Baguer
contraviene el compromiso del Estado peruano de investigar y sancionar a cada uno
de los responsables de las violaciones de derechos humanos cometidas en el
marco del Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar, y concretiza la
vulneración de derechos
vinculados al debido proceso reconocidos en el marco nacional e internacional
de derechos humanos”, declara
Jeannette Llaja, abogada de DEMUS.
En la reunión, las
peticionarias expusieron varios puntos que el Estado ha vulnerado al archivar
el caso de esterilizaciones forzadas. Evidenciaron contradicciones en el razonamiento
jurídico del fiscal vinculados a los conceptos de crímenes de lesa humanidad,
así como a graves
violaciones de derechos humanos, a la revictimización que se está cometiendo con las
víctimas de los más de 2000 casos sobre los que el Fiscal ha omitido
pronunciarse, así como
irregularidades en la investigación de los casos.
No se ha cumplido con la
obligación de investigar y sancionar a todos los culpables, como así quedó estipulado en el
Acuerdo de Solución Amistosa, emitido el 10 de octubre de 2003, por el cual se
comprometió el Estado a
indemnizar a la familia de María Mamérita Mestanza quien murió tras ser
esterilizada-constituyendo elúnico caso reconocido-, y a individualizar y
sancionar debidamente a los responsables de las esterilizaciones forzadas.
Hay que recordar que el fiscal
Marco Guzmán Baca emitió una resolución por la cual dispuso no
formular denuncia penal contra el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000),
tres ex ministros de salud y otros funcionarios acusados de este delito. El
fiscal sostuvo que el llamado Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar no se trató de una política sistemática del Estado porque no hubo ‘dolo’, es decir, no hubo intención criminal de esterilizar con
el propósito de mutilar órganos o causar lesiones graves
en las personas.
Las organizaciones sostienen
que: “El Estado con esta resolución no ha cumplido con su
obligación de investigar y
sancionar porque la investigación realizada no ha respondido al debido proceso”. Además, señalan que hay deficiencias en la
misma, pues a pesar de que la legislación peruana no tipifica como
delito la esterilización
forzada-argumento esgrimido por el fiscal-, sí puede imputarse el
tipo penal de lesiones graves, recogido en el artículo 121 del Código Penal, que señala,
claramente, que las lesiones se producen cuando se causa a otro daño
grave en el cuerpo o en la salud y lo deja “impropio
para su función”.
También
las peticionarias manifestaron su preocupación
por los problemas que hubo con la designación
que iba a llevar el caso de Mamérita
Mestanza y de las otras mujeres. “Frente
al archivamiento del caso, lo que hemos hecho las organizaciones ha sido
presentar una queja que tiene que ser revisada por un fiscal superior. Pero, el
Ministerio Público fue irregular con la designación
del caso a un fiscal superior provisional”,
explica Jeannette Llaja. Al
respecto, los representantes del Estado informaron que se ha subsanado esta
irregularidad designando a un fiscal titular. “Hay
una diferencia además, el titular tiene mayor autonomía
porque su puesto de trabajo está asegurado”,
añade la abogada.
Asimismo,
denunciaron la falta de sanciones
civiles y administrativas y alertan sobre el hecho de que este caso no sea considerado como
delito de lesa humanidad. Consideración que viene motivada porque no
se reconoce la sistematicidad del mismo. Finalmente, se pone de manifiesto la
falta de avances en la implementación de otras cláusulas, como la falta de
acceso a las
prestaciones de educación
por parte de los familiares de Mamérita
Mestanza, la carencia de medidas de monitoreo y de garantía
de respeto de los derechos humanos de los y las usuarias de los servicios de salud
como consecuencia de la esterilización
forzosa a la que fueron sometidas, y de la falta de toma de medidas de prevención
para evitar que se repitan hechos similares en el futuro.
Finalmente
estas organizaciones también mostraron su preocupación
por el ascenso del fiscal que archivó este caso,
Marco Guzmán Baca, quien ha pasado de ser
titular de la Segunda Fiscalía
Penal Supraprovincial de Lima a fiscal superior
coordinador de las fiscalías de lavado de
activos.
En esta reunión el Estado, asimismo, se ha
comprometido a formalizar el Acuerdo (11/ 2014) adoptado por el Consejo
Directivo de la Academia de la Magistratura (AMAG) por el cual será obligatorio la
institucionalización de los cursos, seminarios y talleres
sobre Género y Justicia en
la Academia Nacional de la Magistratura del Perú para que sean
incorporados en los programas de la Línea de Formación Fundamental y Línea de Formación Especializada dirigidos a
jueces y fiscales. Hay que recordar que este acuerdo fue suscrito por el caso
de MM, una adolescente quechua hablante violada por un médico en la ciudad de Puno el año 1996 y a quien la justicia
nacional le cerró las puertas.
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