Organizaciones de la
sociedad civil solicitan que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos
demande que el Estado peruano se pronuncie por el archivamiento del caso de las
esterilizaciones forzadas.
La
Comisión Interamericana escucha hoy miércoles a las co-peticionarias del caso Mamérita Mestanza, el Comité
de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de la Mujer
(CLADEM), el Centro de Derechos Reproductivos
(CRR), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL), la
Asociación Pro Derechos Humanos (APRODEH)
y DEMUS – Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer; sobre
el archivamiento de las esterilizaciones forzadas en el Perú por la Segunda
Fiscalía Penal Supraprovincial (22 de enero del presente año).
Las
organizaciones solicitan a este organismo que emita en su Informe
Anual mención sobre el incumplimiento del Acuerdo de Solución Amistosa emitido
el 10 de octubre de 2003. Asimismo que se inste al Estado peruano a
pronunciarse sobre el incumplimiento del mismo, en tanto se comprometió a
indemnizar a la familia de María Mamérita Mestanza quien murió tras ser
esterilizada-constituyendo el único caso reconocido-, y a individualizar y sancionar debidamente a los
responsables de las esterilizaciones forzadas de mujeres en el marco del
Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar, durante el gobierno de
Alberto Fujimori entre 1996 y 2000.
Las peticionarias expondrán en esta reunión de trabajo varios puntos que el Estado ha vulnerado:
primero, no ha cumplido con su obligación de investigar y sancionar a todos los
culpables. Recordemos que el fiscal Marco Guzmán Baca emitió una resolución por la cual
dispuso no formular denuncia
penal contra el ex presidente Alberto Fujimori (1990-2000), tres ex ministros de salud y
otros funcionarios acusados de este delito. El fiscal sostuvo que el llamado
Programa de Salud Reproductiva y Planificación Familiar no se trató de una
política sistemática del Estado porque no hubo ‘dolo’, es decir, no hubo
intención criminal de esterilizar con el propósito de mutilar órganos o causar
lesiones graves en las personas.
Las
organizaciones sostienen que: “El Estado
con esta resolución no ha cumplido con su obligación de investigar y sancionar
porque la investigación realizada no ha respondido al debido proceso”.
Además, señalan que hay deficiencias en la misma, pues a pesar de que la
legislación peruana no tipifica como delito la esterilización forzada-argumento
esgrimido por el fiscal-, sí puede imputarse el tipo penal de lesiones graves,
recogido en el artículo 121 del Código
Penal, que señala, claramente, que
las lesiones se producen cuando se causa a otro daño grave en el cuerpo o en la
salud y lo deja “impropio para su función”.
También denuncian la falta de sanciones
civiles y administrativas y alertan sobre el hecho de que este caso no sea considerado como delito
de lesa humanidad. Consideración que viene motivada porque no se reconoce la
sistematicidad del mismo.
Finalmente,
se pone de manifiesto la falta de avances en la implementación de otras
cláusulas, como la falta de acceso
a las prestaciones de educación por
parte de los familiares de Mamérita Mestanza, la carencia de medidas de
monitoreo y de garantía de respeto de los derechos humanos de los y las
usuarias de los servicios de salud como consecuencia de su esterilización
forzosa, y de la falta de toma de medidas de prevención para evitar que se
repitan hechos similares en el futuro.
CON RELACIÓN A LA OBLIGACIÓN DE FORMAR A LOS JUECES Y JUEZAS EN GÉNERO
Estas organizaciones además sostendrán
una reunión de trabajo para verificar el cumplimiento del Acuerdo de
Entendimiento del caso MM, suscrito
en noviembre del 2012 por la
cual el Estado peruano se comprometió a institucionalizar los cursos,
seminarios y talleres sobre Género y Justicia en la Academia Nacional de la
Magistratura del Perú para que sean incorporados en los programas de la Línea
de Formación Fundamental y Línea de Formación Especializada dirigidos a
magistrados y magistradas. Hay que recordar que este
acuerdo fue suscrito por el caso de MM, una adolescente
quechua hablante violada por un médico en la ciudad de Puno el año 1996 y a
quien la justicia nacional le cerró las puertas.
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