“Si ganara la revocatoria, un o una desconocida puede
fácilmente ser alcalde por los próximos 8 meses, y realmente no podemos elegir
quien sería. En las elecciones generales los ciudadanos escogimos entre Ollanta
o Keiko o PPK o Toledo o Castañeda, en las municipales escogimos entre Susana y
Lourdes. Sabemos por quién estamos votando y nuestro voto decide. Este proceso
de revocatoria está tan mal planteado que nuestro voto puede terminar
beneficiando a alguien muy distinto a quien queremos”, indicó el analista Pedro
Francke.
El analista remarcó que muy poca gente sabe que nuestro
próximo alcalde podría ser Victoria de Sotomayor, Ronald Gonzales o Manuel
Cárdenas, por decir 3 de los posibles 21 regidores que podrían reemplazar a
Susana Villarán en caso esta sea revocada. “¿Qué tipo de democracia es esta en
la cual uno no sabe a quién está designando como siguiente alcaldesa o alcalde?”,
sentenció Francke.
“Tampoco sabemos realmente por cuánto tiempo estamos
otorgando ese cargo. Si se revocan a más de 13 regidores, quien quede a cargo
de la alcaldía solo estará allí por 6 a 8 meses (hasta las elecciones
complementarias), pero si se revocan a menos de 13 regidores seguiría hasta
fines del 2014”, añadió Francke. “Y esa decisión no es consultada a los
electores, a mi no se me pide votar para decidir quien sigue y por cuanto
tiempo, simplemente es un resultado que sale de forma muy azarosa”.
“Lo
más increíble es que el Jurado Nacional de Elecciones no ha aclarado todavía
que sucede si los votos a favor de revocar a un concejal son menos en cantidad
que los que votaron para elegirlo. Según la encuesta de Datum, para los
regidores la votación a favor y en contra está alrededor del 20 por ciento,
pero ellos fueron elegidos con votaciones por su lista muy superiores. ¿Cómo
puede alguien que fue elegido por 1 millón y 700 mil votos, ser revocado por
una cantidad inferior a esa?”.
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