miércoles, 20 de marzo de 2013

Billonarios peruanos. Escribe Pedro Francke


6,100’000,000 dólares, equivalentes a más de 15,000´000,000 (quince mil millones) de soles, es la fortuna estimada de Don Eduardo Belmont Anderson, el peruano más rico. Según la revista Forbes, que todos los años presenta los billonarios a nivel mundial, su hermano Juan Fernando tiene otros 5,000’000,000 de soles. ¿Mareado por los ceros? Para los que leyeron un artículo mío anterior que también tenía cifras astronómicas, vale aclarar que estas cantidades no llegan a un trillón, le faltan 3 ceros. No hay aún ser humano en el planeta que tenga un trillón o un tera de dólares. Estamos hablando “apenas” de billones, miles de millones, de dólares.

Pero vaya que es plata. Si los 15 mil millones de soles se ponen en un banco o fondo de inversión y le rinden un modesto 6% anual, Don Eduardo Belmont puede gastar todos los meses 75 millones de soles eternamente, y seguir teniendo sus 15 mil millones. Imagínense tener tanta plata que si no se gasta 75 millones de soles todos los meses, es decir 2 millones y medio todos los días del año, simplemente su fortuna sigue apilándose, creciendo solita. Me hace recordar algún episodio en que el Tío Rico Mc Pato está en problemas porque su Depósito lleno de monedas de oro revienta y las monedas se desparraman con los ´Chicos Malos´ rondando por allí.

Gastar 75 millones de soles TODOS LOS MESES. ¿Es humanamente posible eso? Me imagino comprando Lamborghinis y Masserattis, pero tendría que comprar al menos unos 50 carros al mes. ¿Qué haría luego de un año con 600 carros de lujo? ¿De qué tamaño tendría que ser mi depósito de carros? ¿Usaría un carro diferente cada día, para darle la vuelta a la lista completa en 1 año y 8 meses?

O podría comprarme casas grandes, lujosas, amplios jardines y linda vista. Digamos de 10 millones de soles cada una.  Pero tendría que comprarme una media docena de casas CADA MES, en un año tendría 72 casas; sería horrible vivir saltando de casa en casa. Y todo eso, solo para que la fortuna no aumente.

Vaya que es plata un billón de dólares.

Las masas y los cerros

Un análisis de los billonarios peruanos los agrupa claramente en dos categorías: los que se basan en las masas y los que explotan los cerros.

Junto con los Belmont, cuyos negocios son Esika y Yanbal, marcas de cosméticos con un ejército de vendedoras sociales, hay otro par de billonarios  con grandes negocios para las masas. Carlos Rodríguez- Pastor comenzó con Interbank y de ahí sumó Plaza Vea, Inkafarma, cines, comida chatarra y ahora el negocio educativo. Su fuerte es lo que en la jerga empresarial se llama el “retail”, nombre gringo para el comercio minorista realizado por grandes cadenas. 8,500’000,000 (ocho mil quinientos millones) de soles es su fortuna. Le siguen los hermanos Rodríguez Rodríguez, dueños de leche Gloria, varias cementeras del sur y algunas azucareras, que suman 7,500’000,000 de soles.  Si los Belmont Anderson y Rodríguez-Pastor han logrado posicionarse en el mercado, los Rodríguez son campeones en capturarlo: no hay mayor competencia en el cemento y la leche evaporada hace gran negocio convenciendo a los comités del vaso de leche y al mismo MIDIS que la leche fresca es riesgosa y la única opción es, ¡oh casualidad!  la leche evaporada que ellos monopolizan.

El segundo grupo son las mineras, claro está. Los hermanos Brescia Cafferata superan los 11,000’000,000 (once mil millones) de soles, pero aunque su base es la minería tienen también negocios en finanzas, seguros, pesca y salud. Eduardo Hochschild, entre mineras y cementeras, llega a 5,400 millones de soles. La familia Benavides, fundada por Don Alberto Benavides de la Quintana, hoy encabezada por su hijo Roque, conocidos por su participación en la contaminadora Yanacocha, tienen 5 mil millones de soles. Oigan, si ya les sobra, ¿por qué tanta angurria de querer sacar el proyecto Conga a como dé lugar?

Filantropía ausente, Desigualdad Presente

Bill Gates es el segundo hombre más rico del mundo. Pero además de crear y dirigir Microsoft que controla un mercado gigantesco de software básico, dedica su dinero a buenas causas. Vacunas para millones, investigación orientada a combatir las enfermedades de los pobres, educación rural con nuevos métodos. La Fundación Bill and Melinda Gates es su vehículo.

¿Ha oído usted hablar de la Fundación Belmont Anderson? ¿La Filantropía Brescia? ¿Las obras sociales de Leche Gloria? ¿El apoyo a la educación del grupo Benavides?

¿No hay pobreza y enfermedades en el Perú? ¿Están Chumbivilcas o Atalaya más lejos de Lima, que lo que está el Chad o Malawi de Nueva York? Para los corazones de los billonarios peruanos, parece que sí.

Luego vienen a decirnos que no nos preocupemos por la desigualdad. Que no importa. Que ya se está reduciendo así que tengamos paciencia. Que en verdad acaparar billones es un bien social. Ya cuñao.

Publicado el 8 de marzo de 2013 en Hildebrandt en sus trece

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