6,100’000,000 dólares,
equivalentes a más de 15,000´000,000 (quince mil millones) de soles, es la
fortuna estimada de Don Eduardo Belmont Anderson, el peruano más rico. Según la
revista Forbes, que todos los años presenta los billonarios a nivel mundial, su
hermano Juan Fernando tiene otros 5,000’000,000 de soles. ¿Mareado por los
ceros? Para los que leyeron un artículo mío anterior que también tenía cifras
astronómicas, vale aclarar que estas cantidades no llegan a un trillón, le
faltan 3 ceros. No hay aún ser humano en el planeta que tenga un trillón o un
tera de dólares. Estamos hablando “apenas” de billones, miles de millones, de
dólares.
Pero vaya que es plata. Si los 15
mil millones de soles se ponen en un banco o fondo de inversión y le rinden un
modesto 6% anual, Don Eduardo Belmont puede gastar todos los meses 75 millones
de soles eternamente, y seguir teniendo sus 15 mil millones. Imagínense tener
tanta plata que si no se gasta 75 millones de soles todos los meses, es decir 2
millones y medio todos los días del año, simplemente su fortuna sigue
apilándose, creciendo solita. Me hace recordar algún episodio en que el Tío
Rico Mc Pato está en problemas porque su Depósito lleno de monedas de oro revienta
y las monedas se desparraman con los ´Chicos Malos´ rondando por allí.
Gastar 75 millones de soles TODOS
LOS MESES. ¿Es humanamente posible eso? Me imagino comprando Lamborghinis y Masserattis,
pero tendría que comprar al menos unos 50 carros al mes. ¿Qué haría luego de un
año con 600 carros de lujo? ¿De qué tamaño tendría que ser mi depósito de
carros? ¿Usaría un carro diferente cada día, para darle la vuelta a la lista
completa en 1 año y 8 meses?
O podría comprarme casas grandes,
lujosas, amplios jardines y linda vista. Digamos de 10 millones de soles cada
una. Pero tendría que comprarme una
media docena de casas CADA MES, en un año tendría 72 casas; sería horrible
vivir saltando de casa en casa. Y todo eso, solo para que la fortuna no
aumente.
Vaya que es plata un billón de
dólares.
Las masas y los cerros
Un análisis de los billonarios
peruanos los agrupa claramente en dos categorías: los que se basan en las masas
y los que explotan los cerros.
Junto con los Belmont, cuyos
negocios son Esika y Yanbal, marcas de cosméticos con un ejército de vendedoras
sociales, hay otro par de billonarios
con grandes negocios para las masas. Carlos Rodríguez- Pastor comenzó
con Interbank y de ahí sumó Plaza Vea, Inkafarma, cines, comida chatarra y
ahora el negocio educativo. Su fuerte es lo que en la jerga empresarial se
llama el “retail”, nombre gringo para el comercio minorista realizado por
grandes cadenas. 8,500’000,000 (ocho mil quinientos millones) de soles es su
fortuna. Le siguen los hermanos Rodríguez Rodríguez, dueños de leche Gloria,
varias cementeras del sur y algunas azucareras, que suman 7,500’000,000 de soles. Si los Belmont Anderson y Rodríguez-Pastor
han logrado posicionarse en el mercado, los Rodríguez son campeones en
capturarlo: no hay mayor competencia en el cemento y la leche evaporada hace
gran negocio convenciendo a los comités del vaso de leche y al mismo MIDIS que
la leche fresca es riesgosa y la única opción es, ¡oh casualidad! la leche evaporada que ellos monopolizan.
El segundo grupo son las mineras,
claro está. Los hermanos Brescia Cafferata superan los 11,000’000,000 (once mil
millones) de soles, pero aunque su base es la minería tienen también negocios
en finanzas, seguros, pesca y salud. Eduardo Hochschild, entre mineras y
cementeras, llega a 5,400 millones de soles. La familia Benavides, fundada por Don
Alberto Benavides de la Quintana, hoy encabezada por su hijo Roque, conocidos
por su participación en la contaminadora Yanacocha, tienen 5 mil millones de
soles. Oigan, si ya les sobra, ¿por qué tanta angurria de querer sacar el
proyecto Conga a como dé lugar?
Filantropía ausente,
Desigualdad Presente
Bill Gates es el segundo hombre
más rico del mundo. Pero además de crear y dirigir Microsoft que controla un
mercado gigantesco de software básico, dedica su dinero a buenas causas.
Vacunas para millones, investigación orientada a combatir las enfermedades de
los pobres, educación rural con nuevos métodos. La Fundación Bill and Melinda
Gates es su vehículo.
¿Ha oído usted hablar de la
Fundación Belmont Anderson? ¿La Filantropía Brescia? ¿Las obras sociales de
Leche Gloria? ¿El apoyo a la educación del grupo Benavides?
¿No hay pobreza y enfermedades en
el Perú? ¿Están Chumbivilcas o Atalaya más lejos de Lima, que lo que está el
Chad o Malawi de Nueva York? Para los corazones de los billonarios peruanos,
parece que sí.
Luego vienen a decirnos que no nos
preocupemos por la desigualdad. Que no importa. Que ya se está reduciendo así que
tengamos paciencia. Que en verdad acaparar billones es un bien social. Ya
cuñao.
Publicado el 8 de marzo de 2013 en Hildebrandt en sus
trece
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