domingo, 10 de marzo de 2013

LEY PYMES MUERE EN 4 MESES: ¿QUÉ HACER?


Escribe Pedro Francke*

 
La ley 28015 orientada a la formalización de las pymes dejará de tener efecto a inicios de julio próximo. Se abre por eso un debate sobre qué resultados ha traído la ley y que políticas aplicar a futuro.

Diez años después de promulgada la Ley 28015, el balance es decepcionante: menos del 5 por ciento de las micro y pequeñas empresas se han formalizado.

La ley pymes tenía como premisa la teoría de Hernando de Soto, que propuso que las pymes no se formalizaban porque les resultaba muy costoso. En virtud de eso, ya antes se les había generado regímenes tributarios especiales, y con la Ley 28015 se otorgó a las pymes un régimen laboral especial, con menos gratificaciones, vacaciones y beneficios laborales para sus trabajadores. De esa manera, sus costos laborales resultaron bastante menores, lo que se pensó permitiría su formalización. Una Ley posterior, del 2008, también estableció para las pymes mecanismos especiales de seguridad social para las pymes, tanto en salud como para la jubilación, con menos costos, menos beneficios y subsidio fiscal, los que sin embargo no han sido implementados.    

Con menos derechos laborales y sin una alternativa de seguridad social, la ley vigente para las pymes carga sobre los trabajadores la reducción de costos que debía llevar a la formalización. Con esta misma orientación, Alan García extendió esta reducción de derechos y beneficios laborales a las medianas empresas. Pero los trabajadores perdieron y las empresas no se formalizaron.

¿Por qué? La cuestión es que la ley vigente deja de lado otros elementos muy importantes de la realidad económica de las pymes: su financiamiento, su tecnología y su organización.

El crédito a las pymes ha aumentado, pero su costo sigue siendo entre 5 y 10 veces mayor que el de las grandes empresas. Con ese alto costo del crédito, las pymes tienen grandes dificultades en incorporar nuevas tecnologías que les permitan mejorar su productividad. Las pymes también permanecen atomizadas, sin la asociatividad – cooperativas de usuarios, gremios de productores, etc – que les permita acceder a nuevos mercados y comercializar en mejores condiciones.

Es en estos factores, así como en la capacitación de los trabajadores, donde debiera ponerse énfasis si se quiere tener éxito en promover y formalizar las pymes.


*Publicado en el Diario La Primera, 7 de marzo 2013

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