Escribe Pedro Francke*
Diez años después
de promulgada la Ley 28015, el balance es decepcionante: menos del 5 por ciento
de las micro y pequeñas empresas se han formalizado.
La ley pymes
tenía como premisa la teoría de Hernando de Soto, que propuso que las pymes no
se formalizaban porque les resultaba muy costoso. En virtud de eso, ya antes se
les había generado regímenes tributarios especiales, y con la Ley 28015 se
otorgó a las pymes un régimen laboral especial, con menos gratificaciones,
vacaciones y beneficios laborales para sus trabajadores. De esa manera, sus
costos laborales resultaron bastante menores, lo que se pensó permitiría su
formalización. Una Ley posterior, del 2008, también estableció para las pymes
mecanismos especiales de seguridad social para las pymes, tanto en salud como
para la jubilación, con menos costos, menos beneficios y subsidio fiscal, los
que sin embargo no han sido implementados.
Con menos
derechos laborales y sin una alternativa de seguridad social, la ley vigente
para las pymes carga sobre los trabajadores la reducción de costos que debía
llevar a la formalización. Con esta misma orientación, Alan García extendió
esta reducción de derechos y beneficios laborales a las medianas empresas. Pero
los trabajadores perdieron y las empresas no se formalizaron.
¿Por qué? La
cuestión es que la ley vigente deja de lado otros elementos muy importantes de
la realidad económica de las pymes: su financiamiento, su tecnología y su
organización.
El crédito a
las pymes ha aumentado, pero su costo sigue siendo entre 5 y 10 veces mayor que
el de las grandes empresas. Con ese alto costo del crédito, las pymes tienen
grandes dificultades en incorporar nuevas tecnologías que les permitan mejorar
su productividad. Las pymes también permanecen atomizadas, sin la asociatividad
– cooperativas de usuarios, gremios de productores, etc – que les permita acceder
a nuevos mercados y comercializar en mejores condiciones.
Es en estos
factores, así como en la capacitación de los trabajadores, donde debiera
ponerse énfasis si se quiere tener éxito en promover y formalizar las pymes.
*Publicado
en el Diario La Primera, 7 de marzo 2013
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