Escribe José De Echave
La he escuchado decir a la regidora Marisa Glave
que el 17 de marzo hay que marcar 40 veces NO. ¿Qué tiene que ver la
revocatoria en Lima con los temas globales que abordamos en esta columna? Mucho.
En una anterior columna constatábamos que en los
últimos años también se ha venido gestando una presencia creciente de la
izquierda en la gestión de importantes capitales. Allí están los casos de
Sao Paulo, Bogotá, La Paz, la comuna de Santiago, Lima, entre otros.
Estos procesos que ocurren en América Latina,
forman parte de una saludable tendencia de alternancia en el poder. Cualquier
país serio necesita fuerzas de derecha e izquierda serias, profundamente
democráticas, comprometidas con la transparencia, la lucha contra la
corrupción, dispuestas y preparadas para ser alternativa de gobierno.
Las últimas elecciones generales y municipales
trajeron resultados no previstos para algunos. Con el triunfo de Susana en Lima
y con el del Humala candidato, los sectores más conservadores del país se
asustaron: no entendieron cómo en un país en crecimiento, la población optaba
por gobiernos que anunciaban transformaciones.
La revocatoria muestra que los sectores más
conservadores del país no están dispuestos a pasar nuevos sustos. Se busca
darle un duro golpe a la izquierda democrática. Dicen, allí están los de Tierra
y Libertad y Patria Roja. Lo que no pueden decir es que la labor de regidores
como Marisa Glave no haya sido impecable y que en su desempeño no hay nada de
ultra izquierdismo, más bien sí, seriedad y un fuerte compromiso con una
gestión pública transparente y democrática. Además, Lima es una prueba que la
izquierda sí está a favor de las inversiones; las serias, las responsables, las
que demuestran comportamiento ético y se comprometen con el desarrollo del país
y el cuidado del ambiente. Esa también es una tendencia global.
Lo cierto es que la respuesta frente a la revocatoria está provocando
una situación particular. Las fuerzas democráticas de la derecha y la izquierda
se han unido para hacer frente a los sectores más retrógrados del país. Este es
un hecho inédito en la historia reciente, comparado quizás con la etapa de lucha
contra la dictadura. Por todo eso hay que marcar 40 veces NO.
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