Escribe Pedro Francke
Algunos sectores empresariales de
ultraderecha han apostado por la revocatoria. Roque Benavides y Julio Favre,
conocidos amigos de Fujimori y Alan, lo han dicho recientemente. Lo que parecen
no percatarse es que en este caso juegan con fuego.
¿Se imaginan Santiago de Chile o
Sao Paulo con 4 alcaldes en 2 años? ¿O Buenos Aires o Nueva York? No, verdad.
Nunca se ha oído hablar de que el mandato de una autoridad elegida en una
ciudad capital, sea sometida a referéndum para ver si se va antes de cumplir el
periodo para el que fue elegida. Menos que tengan 4 alcaldes en 2 años.
No es por gusto. Las metrópolis
son fundamentales en el desarrollo de los países. Son también difíciles de
gobernar.
Las capitales concentran el gobierno
y las grandes empresas, las universidades y los intelectuales, el comercio y
las finanzas, la cultura y la educación superior. Es a las capitales donde se llega en búsqueda
de ideas y de aliados; donde se conecta el exterior con el interior del país. Desde
las grandes ciudades irradian la tecnología, los capitales y las ideas de
negocios hacia las provincias.
Pero es en las metrópolis también
donde el tráfico nos puede volver locos, donde la contaminación golpea los
pulmones y donde la inseguridad ciudadana puede escalar de robacarteras a
bandas de asaltantes de bancos y secuestradores.
La ciudad de Lima sufre estos
males, y con ellos, sufre el país. Hemos tenido una ciudad que ha carecido de
gobierno muchos años. Porque gobernar una ciudad es más que construir puentes y
parques como Castañeda. Es ordenar la vida de tal manera que todos estemos
mejor. Es establecer reglas para el transporte que nos permitan a todos ir adonde
queremos en menos tiempo y más cómodos, y sin pelearnos por la calle, como promueve
la reforma del transporte ahora aprobada. Es comerse el pleito y tener un
mercado mayorista moderno como el recientemente abierto en Santa Anita, para
facilitar el buen funcionamiento del comercio.
La gobernabilidad de las
metrópolis es un asunto fundamental para el futuro de las naciones. A Roque
Benavides puede no importarle, porque las piedras que saca no pasan por Lima,
pero si gana la revocatoria, la ingobernablidad de Lima tarde o temprano
afectará a nuestra economía.
Publicado en el diario La
Primera, 14 de marzo de 2013
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