domingo, 29 de diciembre de 2013

Corrupción en Lima

Escribe Pedro Francke
Carlos Burgos, el reelecto alcalde de San Juan de Lurigancho, ha pasado de tener un patrimonio de medio millón de soles a tener a su nombre propiedades por 10 millones de soles, a lo que se suman 3 empresas dueñas de otros 18 inmuebles y 41 autos y camiones de carga. Su casa propia es de 8 pisos, con billar, bar y piscina incluidos, y se ha comprado además una casa grande (245m2) de playa en el exclusivo balneario de Las Totoritas en Mala.
 
¿De dónde habrá salido esta fortuna? ¿Solamente de coimisiones cobradas en las compras municipales, el famoso “diezmo” en las obras públicas? ¿O son las licencias y permisos municipales, que en un distrito altamente informal y “emprendedor” pueden ser exigidas a unos y no a otros, teniendo para eso tiene un ejército de serenazgos que opera como su guardia personal?
 
EL SUELO
A comienzos del 2011, Burgos hizo un gran movimiento por convertir a su distrito en provincia, siendo ayudado por el APRA, cuyo operador político y ex - jefe de Foncodes Carlos Arana acompañó la movilización. El castañedismo, en la persona de José Luna, su congresista millonario suspendido en el pasado por vínculos con Montesinos, también apoyó. Atrás de lo que parecía un reclamo localista por autonomía, estaba en realidad un apetito distinto: según ley son los municipios provinciales, y no los distritales, los que cambian la categoría de uso de suelos. Cambiar un terreno de uso agrícola a uso urbano multiplica su precio muchas veces, y en San Juan de Lurigancho tiene un territorio amplio y muchos terrenos aun sin permiso de urbanizarse, resguardados como futuras áreas verdes. Era atrás de este meganegocio que estaba Burgos, sobre quien pesar varias denuncias por tráfico de terrenos en otras zonas como el límite con Jicamarca (en la parte más al este y lejana de su distrito).
 
Si en San Juan de Lurigancho el gran negocio es por el volumen de tierras disponibles, en San Isidro y las zonas céntricas de clase media-alta, la ganancia está en el precio por metro cuadrado. Ese precio hoy es estratosférico, si se puede construir un edificio de 20 pisos. Si solo se puede construir uno de 4 u 8, el negocio es proporcionalmente menor. Para lograr apropiarse de esas jugosas ganancias, luego de convencer a un municipio distrital, el partido se juega en el Concejo Metropolitano de Lima quien tiene la última palabra en el cambio de zonificación en la ciudad de Lima. Esto bien lo saben algunos regidores del PPC, que suelen patrocinar intereses de empresas inmobiliarias con quienes están vinculados. Pablo Secada bien haría en tomar distancia de algunos de sus colegas de bancada.
 
DEBAJO DEL SUELO
Bajo tierra se planifica la construcción del Metro de Lima en su tramo Callao-Ate con ramal al Aeropuerto. El gobierno anuncia que esta llamada Línea 2 tendría un costo de US$ 6,500 millones de dólares. Nunca ha habido en el Perú una obra pública con un presupuesto tan elevado. Posiblemente la que más se le acerca es la Transoceánica, 2,600 kilómetros de carretera que se planificaron costarían US$ 800 millones pero terminaron costando US$ 2,800 millones de dólares. UUps, pequeño sobrecargo de 200% a favor de Odebrecht.
 
Hace unos meses, se suponía que la línea 2 del Metro de Lima costaría US$ 5 mil millones. Ya le sumaron otros US$ 1,500 millones. Los ingenieros expertos en el tema indican que el presupuesto está considerando un precio por kilómetro muy superior, cerca del doble de lo que costaron otros subterráneos en países europeos, donde la mano de obra es mucho más cara. ¿Por qué? No hay justificación. Hay sospechas.
 
Se pretende otorgar este contrato bajo una modalidad que no es la mejor, permitiendo un esquema de Alianza Público-Privada APP como si hubiera un alto grado de financiamiento privado mediante los pasajes, cuando en realidad el 80% del costo lo va a poner el estado. De esa manera, la línea 2 del metro de Lima nos costaría a los peruanos 12 veces más que TODO el presupuesto anual de inversiones de la Municipalidad de Lima Metropolitana, incluyendo transportes, parques, cultura, Barrio Mío y demás proyectos.
 
No ayuda tampoco a la transparencia de este enorme gasto, el que esa obra esté bajo el mando de Carlos Paredes Rodríguez, dueño de la empresa de alimentos Alprosa, que hizo grandes negocios con el estado durante el fujimorismo y que fue denunciada el año 2000 por entregar una papilla que estaba adulterada, razón por la cual fue vetada de participar en licitaciones de Foncodes por 5 años. El ministro Paredes es íntimo de la pareja presidencial, gran contribuyente de la campaña de Ollanta y pagadero de buena parte de los ingresos mensuales que percibía Nadine Heredia en el periodo 2006-2011 (mediante la empresa Apoyo Total de su hermano José Guillermo). ¿Nos vendrán otra vez con el cuento de “yo no sé nada” como en el caso López Meneses, como Alan García con BTR y los petroaudios, como Fujimori con Montesinos?
 
POLITICA
La corrupción tiene billeteras abultadas y dientes afilados, capacidad de comprar voces y plumas, armar campañas electorales y negociar titulares. Atraviesan paredes y Paredes. Tienen partidos y candidatos presidenciales con quienes trabajar con confianza. Están en el día a día de las comisiones del Congreso.
 
NO es fácil vencerlos. Es necesario un Frente Amplio para derrotar a la corrupción.
 
Publicado en Hildebrandt en sus Trece, 29 noviembre 2013

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