Escribe Pedro Francke
La industrialización de la que se viene
hablando y que tanta falta nos hace, requiere de ingenieros, profesionales y
científicos. No se puede tener desarrollo industrial o aprovechamiento
sostenible de nuestra biodiversidad sin una base científica y tecnológica. Esa
base es insuficiente en nuestro país.
Tenemos un montón de instituciones llamadas “Universidades”, pero muy
pocas logran serlo realmente. En el ranking latinoamericano de QS, solo aparece
una (1) universidad peruana entre las primeras 50 de Latinoamérica. La lista
incluye 18 de Brasil, 9 de Argentina, 7 de Chile, 5 de Colombia y 2 de
Venezuela. Estamos a la cola. No cabe duda que estamos mal. Necesitamos cambiar
el neoliberalismo ultra que estableció Fujimori en las universidades peruanas,
que permite cualquier cosa.
Es necesaria una nueva Reforma Universitaria. La Comisión de Educación del Congreso ha preparado una nueva ley con ese fin. Pero quienes gobiernan las universidades se oponen. El rector de la Universidad Garcilaso de la Vega, que se supone no tiene fines de lucro, gana ¡2 millones de soles MENSUALES! Muchas universidades públicas están gobernadas por camarillas centradas en defender sus bolsillos, que pagan a los representantes estudiantiles dos mil o tres mil soles mensuales para que los apoyen y reparten beneficios entre profesores para seguir en el cargo. No les gusta que la Nueva Ley abra la puerta a elecciones universales y directas de autoridades.
El diario “El Comercio” se opone a la nueva ley. Un Miró Quesada es uno de los dueños de la UPC, universidad privada orientada a tener las mayores ganancias posibles. Ganan un montón de dinero, pero no pagan impuestos: tienen una ley de exoneración tributaria. En su oposición a la nueva ley, “El Comercio” oculta que ésta establece que no todas las universidades mantendrán la exoneración tributaria. La UPC podría perder sus granjerías. Aunque Fritz Du Bois siempre ha pedido que terminen las exoneraciones tributarias, en este caso se calla. Los intereses Miró Quesada están en juego.
Necesitamos que haya desarrollo industrial sostenible, más emprendedores e innovadores que creen tecnología y abran nuevos negocios. Para eso necesitamos universidades que piensen en el país antes que en su propio negocio, como las grandes universidades norteamericanas, europeas o latinoamericanas. Queremos nuevas y mejores empresas y para eso necesitamos mejores universidades. No podemos seguir como estamos. Hace falta una nueva ley universitaria.
Publicado en Diario La Primera, 11 de diciembre de 2013
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